09 septiembre 2013

Mi padre, el pelo y los metrosexuales.


Mi entorno es eminentemente femenino -somos cuatro mujeres en casa- y mi único referente masculino ha sido mi padre, el ser más descuidado del planeta.

Su apariencia física -que no su forma- se la trae completamente al pairo.
Lleva uniforme: pantalón beige o azul marino, jersey y camisa o polo sin logos ni marcas ni dibujos, que él no hace publicidad de nada, faltaría más, hasta ahí podíamos llegar.
Se corta el mismo el pelo con una maquinilla que le deja miles de rabos puntiagudos por toda la cabeza y que se quedarán ahí hasta la próxima esquilada.
No usa colonia.
Seguramente, al final del día tenga algún manchurrón en la camisa o el pantalón.
Perdió la alianza nada más casarse.
Sólo le perturbará un agujero en una prenda si supone una pérdida de confort, si se caen las llaves, pierde monedas o el calcetín ahorca su dedo gordo del pie hasta azularlo...
Se afeita sin espuma.
Hay que dar el cambiazo a sus viejos y potrosos zapatos clónicos (idénticos año tras año tras año) y tirarlos rápidamente, por si estima que su vida útil no ha finalizado todavía.
No pisa una tienda de ropa jamás.
Inexplicablemente, siempre tiene barro en el bajo del pantalón o la suela de los zapatos, aunque no haya llovido en semanas.
No lleva reloj.
La diferencia entre su pañuelo y el trapo de un mecánico es que el segundo estará siempre más limpio.
No entiende a las mujeres en general y a su esposa e hijas en particular.
Desconoce en qué consiste cualquier tipo de cuidado corporal que no sean agua y jabón.


De donde vengo, un tío se ducha en dos minutos y se viste en medio. No dedica a su imagen ni un segundo. Con estos orígenes, es bastante complicado que tolere la metrosexualidad. De hecho, no la llevo nada bien:
- Odio a los tíos de Mujeres y Hombres y Viceversa (y creo que el viceversa se refiere a que no se sabe quién es qué).
- Un hombre no tiene derecho a tener menos pelo en las piernas que su pareja.
- El tacto debe indicar claramente el género.
- Ella, aunque esté un mes sin depilarse, debe ser la suave de la pareja.
- No les debería estar permitido el uso de secador, rulos, planchas o cualquier electrodoméstico pensado para tías.
- Un hombre no lleva collares si quiere mantener su dignidad intacta, aunque tenga un bíceps de 90 cm de diámetro.


Y estoy harta de que me intenten convencer de lo contrario. ¡Qué no, cojones! ¡Que hay cosas que son de chica y siempre lo serán!



10 comentarios:

  1. jajajaja Lola! Me he descojonado con este post. Es exactamente lo que pones, no tiene remedio a estas alturas. Viva tio Pepe! Pregunta...la nueva generación viene como el abuelo o serán metrosexuales? Martuja

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Martuja, mi apuesta es un sí pero prefiero no pensar en qué grado de metrosexualidad nos depara el futuro.

      Eliminar
  2. ¡Olé Lola! ¡Totalmente de acuerdo!

    Pilar

    ResponderEliminar
  3. Plataforma: por un tío con más pelos en las piernas que nosotras.
    Pilar, cuento con tu firma.

    ResponderEliminar
  4. Lo que he podido reírme y que razón tienes!! Tus posts son lo más! Fan incondicional!
    Viva tío Pepe y punto!!!Cris

    ResponderEliminar
  5. Ese tío lo que es es un guarro

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Carcajada! La higiene la lleva a rajatabla, no creas. No tiene pinta de guarro, más bien de desastre. Pero es que él tiene otro tipo de inquietudes...
      Yo prefiero mil veces el formato padre desgarramantas al modelo Just-for-men, ¡qué vergüenza, mon Dieu! Cabello negro azabache, reflejos azulados de negrura de tinte máxima y cartón coloreado al aire. Los pelos como escarpias sólo de pensarlo...

      Eliminar
    2. Obviamente, su piel no estará tan hidratada como la de un buen metrosexual... Es un tipo de los de antes, los cuidados masculinos se ciñen a ducha y deporte.

      Eliminar