22 julio 2013

Claves del nudista de pro.

El verano permite la observación, de nuevo, de un género desconocido el resto del año.
Las playas más tranquilas (normalmente de dimensiones reducidas) suelen ser mixtas; hay gente en bañador, tías en topless, peña en bolas. Pero existe una clase muy concreta de asiduo a este tipo de arenales: el nudista de pro. Nada tiene que ver con el simple hecho de estar desnudo, es más bien una postura vital, una forma de vivir -el verano-.

Son fácilmente reconocibles porque, básicamente, es imposible no verlos. Su misión, no pasar desapercibidos. Se trata de que el resto de la playa se dé cuenta de que han decidido prescindir del bañador sino, no tendría gracia.


Para ser un nudista de los genuinos es necesario:



- Realizar todo tipo de actividades. El auténtico nudista será aquel que esté en perpetuo movimiento. Jugará a palas o a fútbol, correrá por la playa, montará una tienda de campaña con tres millones de clavos, buceará con gafas y aletas (solamente), paseará sin cesar. Se trata de mantener el cimbrel basculando constantemente.

- Elegir una playa rodeada de rocas, piedras, colinas escarpadas, que les permitan vivir una aventura. Calzarse las playeras (únicamente) e ir de excursión, explorar el agreste entorno, encaramarse a cada desnivel del terreno. Aprovecharán para ir en grupo, todos escalando en fila india, uno detrás de otra, delante de uno. ¡Qué gran desfile!

- El bañador sobra pero el resto de cosas son fundamentales, básicas. Toalla, colchoneta, tienda de campaña, nevera, radio, camping gas, palas, kit de buceo, balón... Desnudos, sí, pero de hippies nada. He visto montar jaimas dignas de un emir. Además, da mucho juego, clavo por aquí, martillazo por allá, estira esta cuerda, agáchate, ponte de pie, de rodillas, en cuclillas...

- Buscar siempre algo en la mochila, obviamente la postura predilecta será a cuatro patas. Un buen nudista, a diferencia del resto de gente, nunca encuentra nada y la búsqueda será siempre con el culo en pompa. De nuevo, seremos conscientes de su desnudez hasta la arcada y, de paso, podremos detectarle algún problema de próstata.

- Si eres fémina, fundamental tener la regla. No sé si las nudistas tienen el periodo cada semana, se ponen un tampón cada vez que van a despelotarse o sólo se quitan el bikini si están con la menstruación. El caso es que el cordoncito es un must. Su blancura reluce cual virgen de taxista.

- Hacer acopio de la mayor cantidad de vello púbico posible. Su operación –no- bikini debe comenzar en enero para que dé tiempo a que el rizo crezca y se encrespe hasta formar un matojo tupido y alborotado. Una buena nudista nunca jamás se depilará las ingles, aunque comiencen a la altura de la rodilla y se expandan hasta el ombligo. Esta idea es extensible a piernas y axilas, por supuesto.

- Tener perro aporta el toque definitivo. Estos grupos ganan mucho si van acompañados de 3 ó 4 chuchos hiperactivos. Quedan geniales todos en harmonía naturista, compartiendo desnudez, toalla, pulgas o plato.


Sí, somos seres libres pero vivimos en sociedad y compartimos espacios. Así que si me molesta la radio a toda caña en la toalla de al lado, descuidarme y encontrarme un culo peludo a escasos centímetros de mí no me hace especial ilusión. Y, nos ha jodido, a mí también me gustan las playas tranquilas, solitarias, en las que apenas hay ruido. A ver si los únicos listos van a ser los que se despelotan. ¡Viva el verano!

4 comentarios:

  1. Pole!
    Sencillamente genial Lola. Tú ya sabes que yo soy muy fan del eterno buscador de tesoros que te observa en todo momento en modo ciclope.

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    1. Seguiremos analizando el verano, a ver qué surge. Resulta muy inspirador.

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  2. Lo has clavado!!! Es q nunca falla lo de j

    ugar a palas en pelots, con los perros asilvetrados y el matojo de pelo en ingles y axilas... He revivido tal cuando me iba a la p
    laya de meñakoz ...k

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    1. K, el nudismo y las palas parecen formar un ente indisoluble.

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