21 julio 2014

El silencio.

Suena a la acompasada respiración de un niño profundamente dormido.
A nevera y a lavaplatos.
A vecinos moviendo sillas.
A las páginas de mi libro al pasar.
Al repiqueteo de la lluvia del norte en los cristales.
A teclas de ordenador.
A la inconstante vibración del teléfono sobre la mesa.
Al graznido de una gaviota perdida.
A los programas de televisión de toda la comunidad entremezclándose.
A alguien tocando el piano.
Al PC encendido.
A un grifo mal cerrado.
Al vuelo acechante de un mosquito.
Al clic-clic del ratón.
A retazos de conversaciones por el patio, ahora que llega el calor y abrimos las ventanas.
A una guitarra.
A persianas que se bajan bruscamente.

 

Lo mejor del silencio es su sabor: a victoria, a día superado. Porque a pesar de todos sus ruidos, en mi casa reina la paz.


7 comentarios:

  1. Me ha entrado hasta sueño del gustirrinín...

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  2. El silencio y la tranquilidad son un lujo hoy en día. Me encanta esta frase de ni pajolera idea quién.

    "Cuando hables, procura que tus palabras sean mejor que el silencio." Verdad máxima.

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    1. Gran verdad a la que suelo hacer caso omiso. Soy más de comentar primero.

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  3. ya te digo...qué paz he sentido en este momento al leer este post. Eso si, lo de la gaviota...pasa unos días en castro y de paz nada de nada!!! Martuja

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    1. La paz está en nuestras mentes, querida Martuja, porque el día ya ha acabado. Y ninguna gaviota podrá arrebatártelo.

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