Este
puente ha sido largo (tres domingos seguidos) y lluvioso. Tanto tiempo en casa que
he terminado fisgando DIY navideños en Pinterest.
Ésos tan sencillos, rápidos y con unos resultados espectaculares. Y lo he vuelto a hacer, me he lanzado.
Imbuida
por el espíritu de las Navidades futuras y unas ganas de sentirme creativa a la
par que habilidosa, me he puesto a envolver regalos. En realidad, a hacer que
empaqueto porque no tengo nada comprado todavía. Pero eso no ha sido un impedimento. Tampoco lo han sido que sean
necesarios papel de estraza, periódicos viejos y cordel y que yo sólo disponga
de folios de colores de IKEA y de un par de revistas. Hoy Yourself no podría conmigo. Hoy yo sería Yourself (sería Myself, para
entendernos).
Me
he pasado todo el día recortando, doblando, pegando, cosiendo. He hecho pruebas
con hilo, betún, sellos, rotulador, plastidecor. He arrancado hojas de mis plantas
de plástico (el verde queda genial, lo he visto en Pinterest). También he elegido estratégicamente cada uno de los
objetos a envolver, siempre con forma rectangular y con el tamaño adecuado a
mis recursos de papelería. Finalmente, han sido tres libros, un DVD, un CD, una
caja de Nespresso recortada (entera no cabía) y otra de lápices. Y sólo me ha
llevado la jornada completa y dolor de espalda.
Una
vez terminado el trabajo, llega el momento culminante de todo DIY: la foto.
Aquí también me he venido arriba, aunque no no se note.
He movido mesas, sillas, jarrones, plantas, alfombras, lámparas y todos los
objetos decorativos de la casa. He elegido el fondo, la mesa, los complementos,
la luz (bueno, he movido un flexo), el encuadre, la colocación, los filtros. Y
he tirado cientos de fotos.
Y
éste ha sido el resultado. Un quiero y no puedo en toda regla, basta con echar un vistazo a mis intenciones para darse de bruces con mi realidad. Con lo sencillo que parecía...
La
conclusión de mi iniciativa DIY es que no merece la pena semejante frustración, ese abismo que separa la imagen mental de la cruda realidad.
Otro auténtico
sinsentido es el esfuerzo. ¡Ni se os ocurra hilvanar el nombre de nadie en letras recortadas
de una revista! Es un trabajo que nadie apreciará nunca lo suficiente (yo no lo
haría, desde luego).
Mejor el papel de regalo normal y corriente y dedicamos el
día de lluvia a hacer punto de cruz y escondemos nuestra obra en un cajón.
Pues te ha quedado muy requetebién. Espero que alguno de esos sea To Ani. Cuando contenga algo nuevo, se entiende...
ResponderEliminar¿Un libro viejo no te hace?
EliminarLos paquetes han quedado cuquis pero tendrías que haberme visto trajinar en plan fotógrafa. ¡Qué aspiraciones tenía!
A ver muñeca, el resultado está genial y el esfuerzo que lleva todo eso detrás, nadie se lo puede ni imaginar. Directamente proporcional con el potorro que organizaste.
ResponderEliminarHe de reconocer, que a pesar de estar muy chulo, los paquetes en vivo estaban mejor y se apreciaban más todos los detallitos y monerías que les pusiste.
Eres una artista. Ah, y apunto otro para To me.
El esfuerzo y el pocho que monté en casa no se aprecian nada. Eso sí, eché el día entre recortes de papel.
Eliminar¡Adjudicada la caja de lápices! Por cierto, está vacía.
Preciossssisimos pero tienen un trabajo que te matas no me veo el dia antes de reyes con ese follon ,pero guarda los paquetes y las ideas para cumples y regalos especiales que son menos y requete bonitos, La Anciana
ResponderEliminarPara Reyes ni lo sueñes, Vieille, completamente inviable. Si quieres llevo los sellos de letras que son muy monos y le damos toque vintage a los regalos. Del resto, ni hablamos.
EliminarYo te hubiera pintado sin dudarlo en mi DIY
ResponderEliminar¡Oh! Gracias por la confianza depositada pero, ¿has visto las fotos buenas? A mí es que me da la risa conociendo que aspiraba a algo de ese tipo.
EliminarPero bueno, con muchísimo tiempo (mucho más del que dedicarías a comprar) y papel de periódico, se consiguen cosas monas.