Por
la lluvia.
Por
el encierro.
Por
el cansancio.
Por
el sueño.
“¡Porque lo digo yo!”
Por
contar hasta 3 mil veces.
Por
poner límites.
Porque los anda buscando.
Por
enfadarme.
Por
no hacerle caso.
Por
hacerle demasiado.
Por
no jugar.
Por
castigar.
Por
tener que cumplir el castigo.
Por
obligar.
Por
que obedezca a la primera.
Por
los “¡No quiero!”.
Por la pelea constante.
Por
lo gritos.
Porque
no sé si soy dura.
Porque
a lo mejor soy blanda.
Por
dudar de mí.
Por
sentirme culpable.
Y
porque la suma de todas estas cosas, a veces, me sobrepasa.
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Pero
mañana será otro día.
Borrón
y cuenta nueva.
¡Menos
mal!
Bueno, ya vamos a trabajar a a luz del día, eso que hemos avanzado...
ResponderEliminar¡Y hoy sin paraguas! Otro pequeño paso para la esperanza.
EliminarSuma también las cosas buenas, que son muchas y mejores.
ResponderEliminarCuando te obcecas, sólo ves el árbol.
EliminarMenos mal que ellos son bosque y, aunque perdamos la perspectiva, lo siguen siendo.
No desesperes mi niña que eres la mejor madre la mas paciente , la mas cariñosa la que juegas con tu niño despues de venir hecha polvo de tabajar " un partido mas , un partido mas , el ultimo" y te cascas media hora de regateos y balonazos ; y no se puede ser perfecta que eso esta muy feo y ademas te cansas que pispi es una ametralladora incansable mas bueno que la mar y el niño mas cariñoso que hay eso es lo que vale. La anciana
ResponderEliminarA veces pienso que no lo hago tan mal.
EliminarOtras, que no me da para más.
Algunas, que soy una histérica, enfadona, impaciente, gritona. Bruja en general.
Y todas las noches, lo mono que está dormido como un angelito.