24 septiembre 2015

Frases que me encantaría usar.

Hay algunas frases que me gustaría mucho poder decir. Encontrar la ocasión perfecta para soltarlas. Lo que pasa es que no terminan de estar en mi repertorio mental y, cuando las recuerdo, el momento ya pasó. Sólo me quedan las ganas y una larga espera.



“Está rolando el viento.”
Encuentro que tiene mucho empaque, como si sólo pudiese salir de la boca de un lobo de mar. Sencilla pero repleta de sabiduría.
Un punto importante es que no tengo ningún tipo de afición marítima así que la falta de velas me complica mucho el asunto. Aún así, quiero estar en la calle y notar el momento justo en el que se produce el cambio de dirección y decir naturalmente “parece que está rolando el viento”. Y quedarme tan pancha.

“Tomaré lo de siempre.”
Me da como envidia cuando la escucho en un bar. Esa complicidad camarero-cliente que nunca he conseguido tener, ni yendo durante años a por el mismo café con leche al bar de abajo. Tal vez el problema sea que no me atrevo a decirla; tal vez sólo funcione con un whisky doble.

“Me encuentro en los aledaños del estadio”
No por manida deja de apetecerme. Los periodistas deportivos viven allí y yo todavía no he tenido la ocasión de pronunciarla. A lo mejor si me dejase caer por alguno…
Me conformaré con, a partir de ahora, encontrarme en los aledaños de mi casa, los aledaños de tu portal, los aledaños del parque o los aledaños del bar de siempre. Realmente, lo de menos era el estadio.

“¡Siga a ese taxi!”
Ésta es simplemente por puro placer. ¿Acaso hay alguien en este mundo que no sueñe con poder pronunciarla aunque sea una vez?

“¡Nuestra canción!”
Lo primero que me gustaría es que no me diese vergüenza tener nuestra canción. Después, elegirla –o como sea que funcione este proceso-. Y, por último, que sonase y sólo tuviéramos que mirarnos un segundo para saber que, efectivamente, es para nosotros, aunque nadie más lo sepa.

“Francamente, querida, me importa un bledo.”
¡Qué manera tan elegante de mandar a alguien al carajo! Me parece un ejercicio máximo de contención verbal, me veo incapaz de no soltar un taco –no recuerdo la última vez que algo me importó, siquiera, una mierda-.
Si pudiera, zanjaría así todo.

“¡Este aumento de sueldo es increíblemente obsceno!”
Poco más que añadir.


El momento adecuado se resiste y mis ganas van en aumento. Creo que voy a tener que tomar medidas drásticas y soltarlas totalmente fuera de contexto, para poder oírme pronunciarlas alguna vez.



6 comentarios:

  1. Me quedo con la del taxi y la del parroquiano de bar. Dos grandes hits, sin duda.

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    1. El otro día te puse un café con leche sin que me lo pidieras, eso debería contar como un "tomaré lo de siempre".

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  2. Me encantaría poder usar algún día esta de Bruce Willis: "Vuelve a tocarme y te mato"

    https://www.youtube.com/watch?v=e7HNC60a3r4

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    1. Diría que lo tienes bastante complicado pero es que mola un montón.
      A mí también me gustaría poder decirla.

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  3. Buenísima, "parece que está rolando el viento" no es nada difícil de aplicar, claro siempre que tengas cómplices que la entiendan, pues me la quedo ale!

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    1. ¡Te la dejo! Tal vez tú puedas conseguirle una vida mejor; yo no he sabido dársela.

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