07 septiembre 2015

Hablar.

Aunque no estoy segura de que sea siempre la opción correcta, yo soy de las que necesita hablar. Puedo esquivar una piedra pero tengo que comentar que la he visto y quiero saber qué hacía ahí, si llevaba mucho tiempo, si me tropezaré con ella en el futuro, si simplemente no la había visto hasta ahora…



A veces, hablar es complicado. Muchas, termina en discusión pero, aún así, terminaré largando. Necesitaré preguntar, saber, comprender. No podré dejarlo hasta que todo tome alguna forma comprensible en mi mente. Hablaré de lo que pasa hasta entender por qué ha sucedido. Y si nadie me da las respuestas, seguiré cavilando hasta conseguir darle algún sentido. El problema es que, sin las respuestas correctas, mis conclusiones pueden estar demasiado alejadas de la realidad. Y es precisamente por los malentendidos por los que soy un firme defensora de hablar, aunque no siempre sea algo sencillo.

El problema es que forma parte de mi carácter y, como todo, no siempre coincide con el de los demás.
Hay mucha gente que prefiere dejarlo pasar, sin atascarse tratando de encontrar respuestas.
Existen personas que eligen callar, pero lo que hacen es acumular hasta que todo revienta y arrasa con una tonelada de trapos sucios no resueltos.
Seguro que algunos serán capaces de meterlo todo bajo la alfombra sin mencionar jamás el elefante rosa que se sienta junto a nosotros en el sofá desde hace seis meses.


Yo necesito hablar, enfrentarme a las cosas cuando suceden, cuando duelen, en el momento en que molestan en lugar de dejarlas en barbecho, esperando a que esa parcela se renueve por obra y gracia del tiempo…
Lo siento, soy así y, por mucho que lo intente, nunca conseguiré ser de otra manera –y callar-.

6 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Silencio en la sala,
      Que el burro va hablar.
      El primero que hable
      Burro será.
      ¡Tiempo ya!
      Bla bla bla.

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  2. Hablar y todo eso está genial, pero no sirve de nada si no se está dispuesto a escuchar. Y no lo digo por ti, que no te conozco de nada.
    Une beso churri.

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  3. Hablar, siempre hablar, sin intermediarios a ser posibles, porque de lo contrario se nos puede enquistar , crecer y reventar en el peor momento.

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    1. ¡Amén hermana!
      Más vale una conversación a tiempo que un pollo a destiempo.

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