¿Es
posible hacer una película de dibujos animados en la que el protagonista no sea
huérfano?
¿Es
alguna clase de requisito para que la historia cobre sentido?
Si
ambos progenitores viven, ¿ya no es para todos los públicos?
¿Es
imprescindible la desgracia?
¿Funcionan
mejor en pantalla los poderes mágicos si van acompañados de una terrible
pérdida?
¿Es
primordial que sepan cómo funciona esto de vida y muerte, estar y no estar desde
su más tierna infancia?
¿Podemos
dejarles un poco de margen de felicidad infantil, gratuita, insustancial?
¿Es
perjudicial para la taquilla que los padres sobrevivan todo el film?
¿No
puede desarrollarse la historia con un papá y una mamá?
La cosa se está poniendo de mal en peor. Estamos en un plan en que, lo
menos que puede pasarle a los protagonistas, es quedarse huérfanos; ahora,
empiezan a diñarla también los hermanos. ¡Menudo panorama!
Francamente,
no veo sentido a tanta amargura. Creo firmemente que podría conseguirse un hilo
argumental muy similar -poderes, magia, villanos, alas de hada, puñetazos
brutales, purpurina, patadas destructoras, pelo largo- sin caer en la tragedia.
A lo mejor algunos niños no se dan cuenta de que la desgracia ha llegado a
palacio, pero el mío, sí. Y pasa un mal rato que no viene a cuento, estamos
viendo una de superhéroes…
Si
se trata de enseñar cosas importantes sobre la vida, un asunto educacional, propongo
comenzar con la introducción de distintos formatos de familia pero con todos
sus miembros vivos: unos padres separados, una familia monoparental, una madre
que ha rehecho su vida y ahora el dibujo animado tiene hermanos y hermanastros,
un papá y otro papá, dos mamás. Eso sí sería un puntazo, mucho más constructivo
que tanto huérfano.
Si
nos ponemos a contar a los niños las verdades de la vida, en plan cruda
realidad, habría que dejarse de tanta magia y tanta chorrada e ir directamente
al grano: que Pixar haga un remake animado de Las cenizas de Ángela, se iban a
enterar estos mocosos de lo que es bueno… Por supuesto, en los títulos de
crédito habría que anunciarles que los Reyes son los padres; la Navidad, un
invento puramente comercial y la vida, muy perra. Así aniquilaremos cualquier
atisbo de ilusión infantil.
Si
es imprescindible enseñar la muerte y la destrucción, aparquemos las canciones
de cuna, cerremos los cuentos de Teo y demos la bienvenida a Jorge Manrique.
Tengo
la fórmula perfecta para dar las buenas noches a mi retoño:
“Nuestras
vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir”
Y
ahora, a dormir bien, niños.
Cuanta razón tienes menos mal que tu niño sólo llora los lunes viendo las peliculas ( eso dice él) cosa que agradecí al destino que fuera jueves( se lo recalqué muchas veces "que suerte que es jueves verdad? ) que yo tenia un nudo en la garganta que ni "El ladrón de bicicletas"me hicieron llorar tanto en mi niñez.Pero los cuentos desde siempre las mamas los hemos dulcificado :Caperucita , Hansel y Gretel ,Cenicienta...... pero llegó Walt Disney mató a la mama de Bambi y empezó todo.
ResponderEliminarEl majo de Walt cargándose a todo el mundo pero él congelado para que lo reviva la ciencia.
EliminarSi alguien no lleva bien eso de morirse creo que va a ser Mr. Disney, tal vez debería haber visto Bambi algunas veces más para asumir mejor el tema.
Jajajaja, bueno bueno, menos mal que de vez en cuando nos da tregua, te recomiendo Brave para reconciliarte con el mundo madre de Disney y por supuesto Los Increibles como familia unida jamas será vencida...
ResponderEliminarLos Increíbles debió ser un error de cálculo. ¿Disney proponiendo una familia válida para todos los públicos, con todos sus miembros vivos? Eso es muy raro, Alele, seguro que despidieron a alguien.
Eliminar¿Y Brave no era la historia de una madre transformada en un oso fiero al que el padre quiere matar para espanto de su hija? Aunque light para el universo Disney, la historia tiene un puntito macarra.
Tienes que ser muy duro para un crio con una mente tan verde tener que asimilar en un mismo día una peli deprimente de estas, continuar con Dora la exploradora por ejemplo y acabar el día con Txirri, Mirri eta Txiribiton.
ResponderEliminarEstamos criando monstruos.
Cierto, pasan de tratar la muerte de los progenitores a cantar los colores primarios en menos de un minuto.
EliminarDesde luego, tiene que generar algo de confusión.
Los efectos a largo plazo, un odio irracional a las mochilas y los mapas. ¿O eso es lo que nos pasa a los padres?