27 julio 2015

Instagram o jugando a ser modelo.

Estoy fascinada con las cuentas de Instagram dedicadas a alimentar el ego. Nada de hacer fotos chulas o subir preciosos paisajes, no, se trata de compartir lo mucho que te gustas y lo bien que posas en cualquier situación: en la playa, en un barco, en el campo, de picnic, con un trikini.

Cada instantánea destila que no eres modelo porque no quieres, se ve claramente que habrías podido, de haber estado en la heladería correcta en el momento justo en el que el cazatalentos de Elite pasaba por allí con ganas de tomarse un refrigerio y poder fijarse en ti y tus infinitas posibilidades en el mundo de la moda. Pero eso no pasó, no tuviste esa clase de suerte aunque de pequeña te llamasen larguirucha y tus compañeras de clase se rieran de ti porque eras un patito feo, demasiado alta y delgada.

Sin embargo, luces estupenda a tus treinta y tantos así que has decidido mostrarle al mundo lo bien que se te da el modelaje y aquí estás, subiendo fotos a Instagram, posando como si fueras el mes de mayo de algún calendario –no tengo claro si Pirelli, Playboy o un almanaque de frenos de disco-.

Me he quedado prendada de las poses, los looks, los ángulos, la luz… Todo resulta tan poco natural que un escalofrío de vergüenza ajena recorre mi espalda. Y el caso es que no salen mal –faltaría más- pero esa cabeza colgando hacia atrás en un ángulo casi incompatible con la vida es tan poco casual como que te pillen despistada y te fotografíen justo cuando abrazabas una sombrilla en la playa con una pamela.


Sólo tienes que superar la vergüenza, el ridículo, la risa floja y las miradas de sorpresa, asombro y desconcierto de los viandantes.
Ahora sólo estáis la cámara y tú.
Déjate llevar.
Posa.
Crea.
Comparte.

8 comentarios:

  1. Tía, siempre que te cuelgas de un árbol te pillan in fraganti... Auténtico robado de denuncia.

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  2. He fotografiado a miles de modelos a lo largo de mi extensa y dilatada carrera y os puedo asegurar que esta sesión ha sido la mejor de todas. Me ha marcado.
    Qué naturalidad delante del objetivo, qué poses, qué garra, qué fuerza, qué entrega y qué complicidad modelo-fotógrafo. Nada que ver con los chimpancés que fotografié la semana pasada en el Zoo de Barcelona.


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    1. La complicidad es fundamental para una buena sesión. Me hiciste sentir tan cómoda, tan relajada y natural, tan yo misma...

      Sólo los grandes fotógrafos sacan el máximo de las modelos y yo sólo puedo agradecerte tu profesionalidad.

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  3. Lola!!! Muchísimas gracias por la enorme risotada del lúnes mañanero!!! Brutal!! Besos. Mónica.

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    1. Me alegra alegrarte el lunes, Mónica.
      Confieso que yo también me eché unas buenas risas haciendo el mono.

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  4. Lola me he descojonado durante un buen rato no sabria que fotos elegir si el formato murcielago en el arbol o la del perezoso en la farola o las en plan sexsi a la par que natural . Genial !!!!.
    La Anciana

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    1. El árbol, sin duda alguna. Alcancé cotas de gansa sólo equiparables a Alexa Chunga.

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