Hay
tareas que, por muchos habitantes que tenga la casa, parecen recaer
indefectiblemente sobre nuestros hombros. Lo curioso es que todos coincidimos
en ese punto, será porque son una pereza y sólo nos quedamos con la parte
afectada, yo.
Lista de cosas
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Todo lo relacionado con la basura: cambiar la bolsa, tirarla, reciclar el
vidrio.
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Sustituir el rollo de papel higiénico.
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Lavar el cuchillo bueno, el único que corta bien de toda la cubertería.
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Limpiar la cafetera.
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Cambiar al niño.
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Hacer la cama.
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Llenar la jarra de agua.
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Coger un tubo de pasta de dientes nuevo.
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Llamar al técnico de la caldera.
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Sacar al perro.
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Vaciar las cápsulas de la Nespresso y cargar el depósito de agua.
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Abrir una nueva botella o cartón de leche.
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Comprar los regalos de Navidad.
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La revisión del pediatra o el veterinario.
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Meter en la nevera zumo, cerveza, Coca-Cola, lo que sea que te guste tomar frío.
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Sacar las cosas limpias del lavaplatos.
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Poner la mesa.
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Hacer el café en la oficina.
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Ir a por el pan.
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Fregar la tabla de cortar.
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Reponer los avíos del cuarto de baño: gel, champú, bastoncillos de oreja,
algodón, desmaquillador de ojos.
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Pasarse por Correos.
¡Todo
lo tengo que hacer yo! A ver si mi niño empieza a responsabilizarse de temas y
queda con los de Naturgas que toca revisión en breve.
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