17 octubre 2013

Cosas absurdas que me producen sensación de victoria y gran satisfacción.



- Que el ascensor esté en la Planta Baja cuando llego al portal. Es una alegría tipo “¡Toma ya! ¡Soy una jefa!”. Me pasa cada vez, como si los astros se hubiesen alineado para darme la bienvenida y ahorrarme la espera. Que esté en mi piso cuando voy a bajar a la calle no me produce sensación de ninguna clase.
- Que me sobre tiempo por las mañanas. Siempre me levanto a la misma hora y hago exactamente lo mismo pero me siento triunfal cuando voy 5 minutos antes del horario previsto. Esto puede cambiar en cualquier momento y acabar yendo a la parada a la carrera.
- Pelar una fruta y conseguir quitar toda la piel en una sola tira muy larga. Tengo ganas de compartir con el mundo tamaña hazaña y gritar que soy la hostia. Ya, yo tampoco lo entiendo. Totalmente desmedido.
- Que el gordito se coma unas verduras me produce un grado de satisfacción desproporcionado; más aún cuando las frutas y las legumbres me la sudan mogollón. Sin embargo, cuando le endiño un plato de vainas, el cuerpo me pide la música de Rocky sonando a todo volumen. Estoy a punto de levantar los brazos y ponerme a dar saltos.
- Descubrir en mi armario –o en el de mi madre o hermanas- ropa de hace mil años y volver a darle salida. ¡Victoria absoluta!
- Leerme un libro súper rápido. Normalmente, será sinónimo de que me ha gustado, pero el simple hecho de terminarlo en dos o tres días me flipa. Mi propia velocidad merece una ovación. Tengo ganas de chocar 5 con alguien de pura rapidez lectora.
- Encontrarme un punto negro imperceptible al ojo humano. Acabar con él dejándome la zona hecha un cristo. Creo que he sometido a las fuerzas del mal; intentaban camuflármelo pero no, soy más lista. Di con él y lo exterminé. ¡Gané!
- Hacer circuitos con vías de tren para mi deleite, con la excusa de que es para los niños. Los construyo súper largos, con curvas, cuestas, estaciones, puentes, ochos… y observo encantada el resultado de mi obra. Ingeniera de caminos, oigan.
- Que suene una canción, me la sepa y me salga el nombre del grupo. Como esto último sucede poco, lo comunico a todo aquel que se encuentre en mi radio de acción como si fuese la leche. A ellos no les importa nada, obviamente, pero no me doy cuenta hasta que veo su cara: cero alegría compartida. Insisto un poco “Oye, que me la sé, ¿eh? ¿No te suena? Pues sale en un anuncio de coches y...” y, entonces, les sangra la oreja.
- Que los hijos de mis amigas me quieran, me reconozcan, me echen una sonrisa y me hagan caso. Suena cursi pero el punto está en que lo hagan exclusivamente conmigo, o más a mí que a las demás. Las comparaciones son odiosas, lo sé, pero me encanta. “¡Ja! ¡Pues claro! Es que Tía Lola es súper maja.”
- Cambiar de canal en cuanto aparece Pablo Motos pensando que yo solita hundiré sus índices de audiencia. También le deseo alopecia fulminante.
- Ir a una boda vestida de baratillo. No es una cuestión de presupuesto, en peluquería, maquillaje y manicura no tengo reparos. Es el saber que mi vestido de 20€ está dando el pego bodero –eso creo yo- lo que me hace una ganadora.
- Si estoy cometiendo algún crimen alimenticio, lograr que alguien se cebe conmigo. Cualquier atisbo de culpa se esfuma de inmediato y las calorías ya no cuentan. Si tengo chocolate, os ofreceré a todas para que engordemos juntas. Sí, soy bastante perra pero c’est la vie, me sienta bien hacerlo.
- Encontrar errores de raccord chorras en pelis malas. “¡¿No te has fijado?! ¡Llevaba el bolso en la otra mano!” Y pensar que soy la más espabilada y guay de todo el cine.
- Un melocotón o un tomate súper ricos. Es como encontrar le piedra filosofal, dar con la alquimia frutera. Algo que compartiré con muy pocas personas para que no los gasten. Con estos alimentos light, no necesito compañeros.


Sé que son cosas estúpidas. No tengo ni idea por qué me producen satisfacción o, lo que es peor, un sentimiento de victoria, de haber derrotado a un universo tramposo. Es todo un poco extraño...

12 comentarios:

  1. Aparcar delante del portal de casa, aunque tengas garaje, es en plan "miradme miradme como salgo de mi coche y entro en mi portal!"

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    1. Alele, yo, con estacionar donde me he propuesto y en menos de media hora, me conformo. Delante del portal sería un escarnio público; necesito la intimidad, oscuridad y anonimato del garaje.
      Efectivamente, aparcar es una cosa que me produce una gran satisfacción, pero no es absurda, es un logro de la leche. ¡Qué mal lo hago! Creo que debería volver a la autoescuela...
      ¡Ojalá pudiera hacerme la chulita como tú!

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  2. Pues yo estoy segura de que en tele5 están notando el boicot q les hago en mi casa. ¡¡Muajaja!! ¡Están a un paso de la quiebra todos los salvameses y demás morralla gritona!

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    1. Ani, lo importante es que tú te lo creas. Es lo que genera una satisfacción que no viene a cuento, ni tiene sentido ninguno.
      Pero tú sigue boicoteando en silencio.

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  3. Soy muy malo para estas cosas, pero no hay nada como entrar en un bar abarrotado, ponerte en la barra y que te sirvan de la misma. Que ilusión hace por dios!!
    Luego tienes que aguantar las miradas del personal y tu descojonándote por dentro. Confesar que por lo general se me cuelan a mí siempre y por eso me hace tanta ilusión cuando me pasa al revés.

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    1. ¡Eso es la leche! Y no es ninguna chorrada, es una desenvoltura digna de aplauso. No lo hacen porque la envidia es muy mala, pero te mereces palmadita en la espalda de todos los parroquianos.
      Ahora, como te cruces en mi camino hacia la barra, te daré un codazo en todo el costillar.

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  4. Encontrar algo en el abrigo del invierno anterior.... da igual lo que sea, unos guantes hechos un gurruñito creyendo qeu los habias perdido, un paquete de chicles , unas monedillas....por abrigo sirve un bolso (ahi cabe mas...gafas de sol, mas chicles).....
    AHHH Y LO MEJOR DE TODO!
    Ver una cara conocida por la calle y recordar horas- dias- despues que "fue la que te atendio un dia en la Caixa"....Adrenalina por las nubes!
    besos LAM

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    1. ¡Qué cierto LAM! Reconocer a esa persona es un subidón de lo más ridículo.
      En mis bolsos, los chicles tienen tanta basurilla pegada que crujen. Es un espejismo "¡Menuda Suerte! ¡Ah, no! ¡Qué puto asco!"

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  5. ¡Cuándo la leche que queda en la botella es justo la que necesitas para el café! Rellenas la taza justo hasta donde querías y tiras la botella a la basura con sonrisa de chulita... ¡y un subidón de aupa!

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    1. Tener que abrir una botella de leche porque no me llega para el café es una de las chorradas que me frustran desproporcionadamente. Tengo una lista bien larga de esas tonterías.
      Así que no me siento ganadora como tú -lo preferiría mil-, pienso que se avecina un día torcido si desde la mañana el universo está tocándome los cojones.

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  6. Bueno y ya ni contarte cuando después de un día duro, te sientas tan agustito en tu sofá y cachissss tienes que levantarte por algo...! Creo q eso no lo supera nada...

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    1. Ese motivo va directo al post "Pequeñas putadas con fundamento" que escribiré algún día. ¡Qué rabia, qué malestar, qué desgracia!

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