19 enero 2015

Tic, TAC, revisión.

Cada 6 meses, hay que pasar la ITV. Dos veces al año. Para cuando terminas con una, estás casi metida en la siguiente. Es una época -porque puede prolongarse durante más de un mes- bastante coñazo, mucho médico y demasiados resultados que tienen que estar bien.



Esta vez me han tocado las siguientes pruebas:
- Marcadores tumorales de mama y ovario.
- TAC torácico y abdominopélvico.
- TAC craneal.
- Resonancia de mama.
- Mamografía.
- Ecografía de mama.
- Y como plus esta temporada por los resultados obtenidos, ecografía de hígado.


La parte física del proceso la aguanto bien; a estas alturas del partido, no soy aprehensiva. No me importa que me saquen sangre ni que me metan contrastes, no tengo miedo a las agujas. Puedo estar 8 horas en ayunas y beber litro y medio de agua del tirón. No me da claustrofobia meterme en un tubo estrecho, boca abajo y quieta, durante 40 minutos. Es una simple cuestión de costumbre…

La parte complicada es la emocional. Es difícil mantener el tipo con tanta espera, nervios, tensión. Y el momento culminante es el de recoger los resultados. Puedo oír mis latidos acelerados mientras me entregan el sobre, me tiembla el pulso cuando lo abro. Mi primer instinto es buscar la palabra maldita, "maligno"; paso por encima de cada una de ellas mirando la combinación de letras. Sólo cuando no aparece soy capaz de leer el documento y, claro, es cuando me doy cuenta de que no soy médico y que hay un montón de cosas que no entiendo. Porque en el diagnóstico nunca pone “Está usted sana como una manzana, señora, quédese tranquila.”, que sería un detallazo.


Y cuando terminan las pruebas y todo está en orden, no celebramos. Simplemente volvemos a nuestra vida de siempre, en la que podemos jugar a que no nos pasa nada hasta la próxima revisión.

6 comentarios:

  1. La celebración es seguir viviendo como si fuéramos como los demás, porque darle bombo a estar bien te hace pensar en la alternativa. Pero el confetti que tiro por dentro cada vez que estamos bien todos, eso no está escrito...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Celebrar me parece como comprar un gato negro y vivir bajo una escalera rodeada de los espejos que voy rompiendo.

      Pero sí que lo hago, aunque muy bajito, tocando madera, con una pata de conejo en la mano y una herradura colgando del cuello.

      Eliminar
  2. Para mi lo peor no son mis ITV sino las tuyas, dar la importancia que tienen sin pasarse para no alterarte , no parecer que aquí no pasa nada , preguntar sin agobiar y cuando dices ya esta todo y parece que lo que no se entiende bien en los análisis y parecía sospechoso te ha dicho el medico que no hay que darle importancia , el grito interior que doy deja al de trazan en un susurro.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pero mejor jugamos a que no pasa nada. Tenemos tantas revisiones que pasar entre todos que estaríamos todo el día de farra y descorchando champán.

      Eliminar
  3. Sois todos unos auténticos campeones. ¡Chapó!
    (Conste no digo campeonas por lo de tu post anterior)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si pudiéramos elegir... Pero nos ha tocado ser campeón y campeonas.
      ¡Gracias por los ánimos!

      Eliminar