Ya
sabemos que conciliar trabajo y familia no es nada fácil. Reducimos horario,
intensificamos jornadas, vamos corriendo a todas partes rebosantes de culpa. Es
una ardua tarea, muy poco apreciada y repleta de sinsabores.
Pero
nosotras sí sabemos lo que nos cuesta. Vivimos pendientes del reloj. Rapiñamos
cada segundo como si fuese oro, porque si hoy he metido media hora más, me la guardo
para cuando los niños estén de vacaciones y así salgo 7 minutos y medio antes
de la oficina, cojo el autobús de las 16:57 y puedo estar puntual en la
actividad extraescolar de la semana sin colegio.
Así
que 10 minutos marcan la diferencia. Supone llegar a la parada o -gran pesadilla-
no hacerlo a tiempo y que la criatura tenga que esperar sola. Por supuesto,
nos imaginamos el kit del desamparo completo: ningún alma caritativa se ha dado
cuenta, llora desconsolado, llueve, arrecia el viento y se ha encendido tres
cerillas para entrar en calor mientras imagina una suculenta cena de Navidad.
Así somos y así trabajan los remordimientos.
Ese
tiempo, que parece no contar, es del que vivimos. Nosotras nos organizamos, si
nos dejan, claro. No es necesario tener que recordar que tenemos hijos y
responsabilidades fuera del horario laboral. Porque una se lleva un mal rato
diciendo que no puede asistir a una reunión a las 18:00, abandonando una videoconferencia
porque llega el niño del colegio o asistiendo a una multi a las 7 de la tarde desde casa mientras el niño no para de gritar
“¡Mamá!”. No creo que tengamos que pasar por eso y, menos aún, con frecuencia
quincenal.
Así
que he pensado que voy a dejar que a los demás les resulte imposible obviar lo
que no quiero repetir. Me colocaré unas chapas con algunas puntualizaciones y aclaraciones.
No es ninguna reivindicación, son únicamente matizaciones para que el entorno deje de
hacerse el sueco.
Y,
sobre todo, no os preocupéis, que nosotras nos organizamos.
Me ha gustado mucho el post de hoy. Las chapas muy curradas (la de "no la hinco" mi favorita of course) y la escena del niño encendiendose las cerillas me ha recordado muy mucho a un capitulo de Chicho Terremoto.
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=__al25LbK-g
¡Recuerdo el capítulo de Chicho la cerillera!
EliminarLa apuesta del 5 era ganadora.
Con la de "Cerrado por conciliación" creo que me voy a hacer un salvapantallas de cartón, para poner en el ordenata al salir del trabajo...
ResponderEliminarTe cedo los derechos de esa imagen, puedes imprimir y repartir por la oficina.
Eliminarcerillas, vendo cerillaaaaaaas!! jajaja pobres niños abandonados en el patio del cole...
ResponderEliminar¡Y tanto, Alele! Menudos malos ratos imaginando sus pequeños corazones devastados por nuestras meteduras de pata.
EliminarVerdades como puños, Lola. Súper identificada
ResponderEliminarYika Pla