Permitidme
que oriente este post hacia las mujeres, no sólo porque es la versión que mejor
conozco, sino porque sólo tengo la visión femenina de las preocupaciones, las
inquietudes, los miedos.
Aunque
mucho de lo que cuente sea común a ambos géneros, los hombres siguen siendo una
incógnita para mí, igual que nosotras para ellos…
El
mazazo lo recibe la enferma pero la onda expansiva afecta a todos los que la
rodean. Nadie sabe qué hacer, cómo ayudar. Tampoco la protagonista de tan
amargo trago sabe lo que espera, lo que necesita… Todos nos quedamos bloqueados,
llenos de dudas, sin palabras y esperando alguna señal para poder actuar.
Yo no creo que esa señal vaya a llegar nunca. El momento para ayudar comienza
cuando conoces la noticia. A partir de ahí, puedes empezar a hacer algunas
cosas, tal vez mucho más prácticas de lo que pensabas.
Lo
primero en lo que pienso es en su escenario:
¿Tiene
hijos?
¿Está
separada?
¿Hay
padres y hermanos con capacidad y tiempo para ayudar?
¿Tiene
señora de la limpieza?
¿Quién
hace la compra?
¿Tienen
cuidadora?
¿Cuáles
son los horarios de todos ellos?
¿Estará
acompañada los días que esté en la cama?
¿Quién
le hará la comida?
Dependiendo
de la respuesta a preguntas tan básicas, irán apareciendo los huecos y sabrás
dónde, exactamente, va a necesitar que le echen una mano.
La
intendencia familiar, sobre todo con niños de por medio, es una de las mayores
preocupaciones. Ella querrá mantener un entorno de normalidad, cierta rutina y
algo de equilibrio, pero no va a poder hacerlo sola estando KO 5 días cada tres
semanas.
Personalmente, no le preguntaría demasiado. Trataría de coordinarlo todo para,
directamente, darle un abanico de soluciones antes de que ella llegase siquiera a
plantearse el problema.
Estaría
muy bien poder decirle que no se preocupara, que habéis pensado en todo y que
esto es lo que se os ha ocurrido:
-
El padre lleva a los peques a la parada.
-
Uno de los abuelos se encarga de recogerlos, pasar la tarde con ellos y de que hagan los deberes.
-
Cuando estés con la quimio, dormirás en casa de tus padres o los niños se quedan
en casa de sus tíos (o la opción que penséis que mejor se adapte a lo que ella
querría).
-
Hemos contratado una señora de la limpieza durante estos meses para que no
tengas que preocuparte por la casa.
-
Las amigas nos turnaremos para acompañarte al hospital cuando te den la quimio.
-
Cuando estés en la cama, iremos a verte, llevarte algo de comer y hacerte
compañía para que no estés sola.
- Iremos a tus partes de baja y los entregaremos en tu oficina.
Todo
este tipo de gestiones le darán mucha tranquilidad, saber que los días más
críticos todo estará atado será un enorme alivio para ella.
El
cariño, la preocupación, la compañía, el apoyo, un mensaje de ánimo, una visita
tampoco tienen precio, pero esas cosas salen solas.
Hoy me he arrepentido de no haber hecho ayer (día del cáncer de mama ) con tu blog un panfleto y repartirlo por todas las mesas petitorias para el cáncer,me ha parecido tan real!! ,como es este mal trago por el que pasamos, y tan imprescindible que las cosas que parecen pequeñas te las solucionen sin tener que pensar en ellas, bastante tenemos con encontrarnos medio bien.
ResponderEliminarLa pena, el miedo ,la rabia .....siempre estarán ahí algunas veces suave y otras menos, en esos momentos malos es cuando te apoyas en todos los que te quieren y saben que no tienes nada que explicar, no se sale de esto porque luches (yo no se como se lucha ) se sale porque te quieren y yo
tengo esa suerte tengo una familia maravillosa y algunos amigos que me lo demuestran día a día, gracias a todos.La anciana
Sólo quería dar alguna pista sobre cómo arrimar el hombro, aunque cada historia sea un mundo.
EliminarDesde luego, el apoyo de los que te quieren y te hacen la vida más fácil, no tiene precio.