Cómetelo.
A
la cama.
Ahora
no.
Eso
no se hace.
¡Castigado!
¡No!
No
corras.
¡Venga!
¡Porque
lo digo yo!
Termínatelo.
¡Así
no!
¡No
te quiero oír chistar!
No
protestes más.
¡Pide
perdón!
Hazlo
tú solo.
¡Te
vas enterar!
No
cojas eso.
¡¿Quieres
que me enfade?!
Sal
de la bañera.
¡He
dicho que no!
¡Cuento
hasta 3!
Pórtate
bien.
No
se llora por tonterías.
Déjalo.
La
vamos a tener…
¡Pues
te aguantas!
Límpiate.
No
grites.
¡¡Que
no grites!!
Suéltalo.
¡Cállate!
No
se pega.
¡Ven
aquí ahora mismo!
Eso
no se toca.
¡Cuidado!
Recógelo.
¡Vale
ya!
¡Se
acabó!
Y
al final del día, te sientes como una auténtica arpía.
giphy.com |
Hombre !!! visto así todo junto se ve fatal pero una vez a la hora es normal.....La Anciana
ResponderEliminarDiría que la media es muy superior a 1 reprimenda/hora, Vieille.
EliminarY sí, se ve fatal, de ahí este sentimiento de culpa.
No puedo comentar, que justo ahora me pillas envenenando manzanas...
ResponderEliminarTendría que montar otro pollo para que se comiera una manzana, tía.
EliminarA mi se me ha ido de las manos.....una que yo me se ,confiesa imaginarse que entro con los ojos rojos ( de sangre entiendo ) en su habitación sin saber porque me enfado..... La peor de las pécoras Pinto yo
ResponderEliminar¡¡Jajajajajaja!!
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