Hay
algunas relaciones que son así, como el dueto argentino, una pura discusión de
pareja prolongada en el tiempo hasta la n
(y en este caso, n también tiende a infinito).
Estos noviazgos sólo funcionan en el espacio entre la ruptura y reconciliación;
véase también a punto de romper o arreglando las discrepancias. Existen únicamente
en el limbo emocional del ni contigo ni
sin ti.
A
nivel personal, me parecen tremendamente destructivas.
Como
confidente son agotadoras.
Como
mera observadora, sólo puedo tararear la dichosa cancioncilla.
Hace dos años y un día que vivo sin él,
Hace dos años y un día que no lo he
vuelto a ver,
Y aunque no he sido feliz aprendí a
vivir sin su amor,
Pero al ir olvidando de pronto una
noche volvió...
Un
par de rupturas, los consiguientes reencuentros y ya eres una víctima más del Síndrome
Pimpinela. Corolario, estás atrapado; nunca terminas de acabar ni vuelves definitivamente.
- ¿Quién es?
- Soy yo...
- ¿Qué vienes a buscar?
- A ti...
- Y es tarde...
- ¿Por qué?
- Porque ahora soy yo la que quiere
estar sin ti...
Este
asunto suele ser largo, muchos meses que se convertirán en años en un pestañeo.
Sin saber cómo, te acostumbras a demoler y a que te destruyan, a construir
sobre las ruinas y reparar las grietas. Y lo peor es que piensas que la felicidad
en pareja consiste en esos momentos en los que no sufres y te dedicas a poner
masilla en las juntas y repintar los desconchones.
- Adiós...
- Ayúdame...
- No hay nada más que hablar...
- Piensa en mí...
- Adiós...
- ¿Por qué?
- Porque ahora soy yo la que quiere
estar sin ti...
Cuando
te ves envuelto en esta vorágine sentimental, te va a costar mucho salir. Te
vuelves un yonqui del ciclo sufrimiento-redención. Pierdes la perspectiva.
Olvidas lo bien que te hace sentir la solidez, la confianza y la consistencia
de una relación.
- Por eso vete, olvida mi nombre, mi
cara, mi casa,
Y pega la vuelta
- Jamás te pude comprender...
- Vete, olvida mis ojos, mis manos, mis
labios,
Que no te desean
- Estás mintiendo ya lo sé...
- Vete, olvida que existo, que me
conociste,
Y no te sorprendas, olvida de todo que
tú para eso
Tienes experiencia...
Como
toda adicción, cuesta ponerle fin. A pesar del tiempo y el espacio, siempre
podemos recaer -como tienen a bien cantarnos los agoreros de Pimpinela-.
En busca de emociones un día marché
De un mundo de sensaciones que no
encontré,
Y al descubrir que era todo una gran
fantasía volví,
Porque entendí que quería las cosas que
viven en ti...
Di
NO a estas relaciones. Mantente limpio. Sé feliz.
Parece mentira que estos dos cursis tengan tantísima razón , No a las relaciones y amores tóxicos
ResponderEliminarLa verdad es que creo que mucha gente se aburre y necesita estar haciendo el gilipollas continuamente para sentirse bien y no caer en la aburrida estabilidad emocional.
ResponderEliminarCreo que estan destinadas al fracaso y al sufrimiento gratuito.
Pero oye, para gustos los colores.