El
pretencioso es un bodrio disfrazado de buena literatura. No está escrito en
verso por el canto de un duro.
Lo
óptimo es que el escritor sea francés, parece que las ínfulas forman parte de
su genética redactora. Katherine Pancol, Marc Levy, Muriel Barbery, Guillaume Musso -Anna
Gavalda queda absuelta porque me mola mogollón- todos han pasado por mis manos,
los pillé de lo alto de la torre de best seller.
Mi estantería pretenciosa
Se
nota que el autor se está viniendo arriba, se está encantando con sus símiles,
sus metáforas, sus hipérboles, su vocabulario rebuscado. Las musas le han hecho
una visita y él derrocha pedantería por los cuatro costados. Sus protagonistas
no hacen cosas, sino que se deleitan en cada movimiento lento, exagerado,
escrupulosamente descrito y cargado de significado. Pero resulta que se están
haciendo un café aunque será espeso,
oscuro y denso como la tristeza que inunda el alma de la protagonista.
El título
Es
el primer asunto que se le va de las manos al escritor.
En
mi opinión, siguen el siguiente patrón:
El
resultado es una chorrada sin sentido que no tiene nada que ver con la novela.
Es sólo darse un halo de misterio y profundidad, “Nunca comprenderéis bien cómo funciona mi mente, ni mi alma, ni qué he
querido decir exactamente; soy un ser tan sumamente complejo.”
A
mí me parece una gilipollez, el preludio de que estás ante una novela cargada
de pretensiones literarias.
El argumento
Suele
tratarse de la típica historia de amor pero rodeada de mucha parafernalia. Puede
ser entretenida y engancharte, pero no dejará de ser una novela de consumo
rápido, un pasatiempo, una película de Jennifer Aniston.
El
problema es que el autor se resiste a ese encasillamiento y pretende meternos
un gol: dejar huella en el lector. Cree que nos aporta una visión diferente de
la vida y nos hace recapacitar sobre las relaciones, el amor y el desamor, la
crudeza de la vida. Y, no, esto no sucede en absoluto. Son todo humos de gran escritor
cuando su género es el show business.
El desenlace
Como
va de novela profunda, no siempre nos pondrán el final en bandeja. Ella y él no
pueden terminar juntos, ya sabéis “Esto
es la realidad, no un cuento de hadas. La vida es dura. Si queríais otro final,
haber elegido un libro de chicas”.
A
mayores aspiraciones literarias, más nos alejaremos del ansiado happy end. El novelista se esforzará en demostrar
que no es Corín Tellado y puede llegar a cargarse algún protagonista, sólo para
que sepamos de qué va esto...
Existe
una vertiente más generosa con los lectores y permitirá que los enamorados
vivan su romance, aunque no lo harán en plenitud. Tendrán que enfrentarse con
un mundo hostil, la incomprensión de familia y amigos, incluso una dictadura,
una guerra o la clandestinidad. Pero por lo menos están juntos.
Estas
novelas llenan la sección “Los más vendidos” de los grandes almacenes. Si me
decanto por uno de estos libros, espero encontrar una historia que me entretenga.
No es necesario un argumento complejo (tampoco lo encontraría por estas
estanterías), pero sí una trama algo elaborada y no excesivamente previsible.
No los escojo porque me vayan a enriquecer así que no quiero ni preguntas
trascendentales ni la respuesta que el autor –cercano a la depresión- quiera
dar. Nada de quebraderos de cabeza, ni moralejas, ni aleccionamiento vital.
Tú
déjate leer, entretenme. “Baila para mí.”
Imposible recordar los nombres de los que has leído, además... ¿Eran los ojos amarillos de los escarabajos? ¿los cocodrilos en sombra?¿las tortugas ninja?... Es una zona de las librerías que no frecuento...
ResponderEliminarAni, no andas desencaminada aunque te quedas un poco corta. Aquí van algunos títulos muy currados:
Eliminar- La elegancia del erizo (leído)
- Los ojos amarillos de los cocodrilos (leído)
- Las ardillas de Central Park están tristes los lunes
- El vals lento de las tortugas
Molan, ¿eh?