Los
niños, sus preguntas, dar con la respuesta adecuada… ¿Cómo afrontar las dudas
existenciales de nuestras criaturas? Pues, francamente, no tengo ni idea.
Básicamente,
me guío por tres principios básicos:
- Contestar únicamente a la cuestión planteada.
- No meterme en ningún fregado.
- Salir de ahí lo antes posible.
Y
cumpliendo estas sencillas reglas, vamos sobreviviendo. Él pregunta lo que
quiera y yo respondo lo estrictamente necesario, sin dar información adicional
que pueda abrir la puerta a nuevos asuntos que no se le hayan
ocurrido de motu propio. No subestimemos el poder de un por qué, en un tris
estás metido en un jardín.
Por
supuesto, las primeras pesquisas son una cuestión de género, yo tengo, tú no tienes,
yo no tengo, ¡qué grande!, ¿qué tienes? et
ainsi de suite…
Lo
dicho, ante estas situaciones, cerremos rápido que no sabemos qué derroteros puede tomar la conversación.
- ¿Tienes pito?
- No.
Si
hay suerte, se acaba aquí. Si le da por indagar, haremos lo que podamos.
- ¿Por qué?
- Porque soy una chica y las chicas no
tenemos pitilín.
Nótese
aquí cómo contesto claramente sin empantanarme.
Tarde
o temprano, surgirán las evidentes dudas colaterales.
- Y si no tienes pito, ¿haces pis?
- ¿Haces caca?
- ¿Por qué te sientas?
- ¿Y por dónde haces pis?
Y
un millón de vueltas más al mismo asunto, desde cualquier óptica posible.
- Sí.
- Sí.
- Las chicas no podemos hacer pis de
pie, no podemos apuntar así que nos tenemos que sentar.
- Pues también tenemos un agujerito
para hacer pipí, lo que pasa es que no se ve.
Otro
tema puntero es la muerte. Creo que les gusta simplemente decirlo, no tengo claro
qué forma le dan en sus cabezas.
La
muerte suele aparecer viendo dibujos:
- ¡Se ha muerto!
- Sí.
Espero
a ver si sucede algo más… Parece que no. Tema zanjado por hoy.
Una
versión más compleja, que trabaja últimamente, es la siguiente:
- ¡Se ha muerto! Ya no está.
- No, no está.
De
nuevo la incertidumbre. ¿Desarrollará el tema? Porque, en este punto, sólo
queda recurrir al cielo. Y, en mi caso, no deja de ser hambre para mañana, que ando
muy escasa de fe como para agarrarme a la otra vida -con sus posteriores
aclaraciones-. Pero, claro, tampoco le voy a decir que polvo eres y en polvo te
convertirás.
Me
quedo con el cielo, ya gestionará las discrepancias realidad-religión mi yo del futuro.
Y
por último tenemos los asuntos más básicos, dudas sencillas sobre física,
astronomía, medicina, biología… de los que no tenemos ni idea. Además de lidiar
con la humillación y el analfabetismo, hay que salir del atolladero. Solución:
medio responder algo que suene creíble, posible o no demasiado alejado de la
verdad, aunque siempre podemos irnos por la tangente.
- ¿Por qué tenemos huesos?
- Nos hacen falta para poder estar de
pie, estirar los brazos… Si no tuviéramos, seríamos blanditos.
¡Toma
ya! ¡Viva la medicina!
- ¿Por qué la Coca-cola tiene burbujas?
- Porque tiene gas.
- ¿Por qué?
- Porque se lo han puesto para que esté
más rica.
Estoy
esperando que me reclute alguna universidad para hacer una tesis doctoral.
- ¿Por qué hay eco?
- Porque el sonido rebota en las
paredes.
- ¿Por qué?
-...
Y
siguió jugando con el eco y dejando a su madre sumida en la miseria. ¿Cómo era?
¿Rebota y se amplifica? Voy a mirar en Google. Creo que tengo que retomar el
tema y quitarme la espina de la ignorancia.
Ser
padre consiste en aprender. Y no sólo sobre la vida, es aprenderte la tabla del
7 que la tienes oxidadísima, si es que llegaste a sabértela en condiciones.
Amiga Lola...nuestros hijos crecen tan rápido que no estamos preparados para sus preguntas y cometarios cuando llegan.Mi mayor,amante de la religión,cuando la dejo en el cole me dice que me echará de menos a mi,a papá y a Dios y a la Virgen.Y cuando le doy un beso de buenas noches últimamente me dice que qué pena que me vaya a morir...a veces ni respondo,para qué,si es más lista que yo....;)Á.
ResponderEliminar¡Me parto, Á.! ¡Qué temas tan sencillos aborda tu criatura a sus 5 años!
EliminarParece que vas a tener que darle mucho al coco para responder a tanta duda existencial. Aunque el silencio no me parece mala opción, no parece demasiado agobiada con la muerte habiendo tanta vidilla en el cielo.
Miguel dice que tiene un amigo (a veces es primo) que se llama Javier y tiene 80 años. Y unos cuantos amigos del fútbol de edades variopintas (algunas incompatibles con jugar al fútbol) que viven en África. Con un poco de suerte, le resuelven ellos alguna duda espinosa, con ese bagaje de la experiencia...
ResponderEliminarYo dejaría toda la responsabilidad en manos de Javier y sus colegas africanos, son gente muy vivida según cuenta tu hijo.
EliminarY a ver si le presenta la pandilla a su primo.
Mi sobrina un día le dijo a su padre mientras sujetaba en brazos a su nueva hermanita, que la tirara a la basura. Eso sí, en el cubo de la basura orgánica.
ResponderEliminarEs que no hay que confundir las cosas, la niña no quiere una nueva hermana en casa para siempre jamás y, además, es muy ecológica. Dos ideas perfectamente compatibles...
EliminarPues Jr me sigue preguntando por qué hay mamás que se llaman amatxu...La culpa es mía, que dije que no sabia. Encima cuando le mentan a "amatxu" por la calle grita y dice que no es amatxu, es mamá o Charlotte!!!!Y no hemos cumplido los 3 años....
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