- ¿Enfadado?
- No.
- ¿Disgustado?
- Sí.
- ¿Perdonas?
- Claro.
- ¿Olvidas?
- Es probable que deje de
pensar en ello, pero lo recordaré.
- ¿Estás dolido?
- Ahora ya no.
- ¿Será como
antes?
- Seguro que no.
- ¿Te he
traicionado?
- No, me has defraudado.
- ¿Cómo?
- Has puesto precio a algo que
no estaba en venta.
- ¿El qué?
- A mí.
- No te he
vendido.
- No, pero ahora conozco mi
precio.
- ¿No es eso
rencor?
- No, esta sensación no me
consume así que debe ser otra cosa.
- ¿Y qué es
entonces?
- Distancia. Apenas te percibo en
el horizonte.
- Entonces,
sigues enfadado.
- No lo entiendes. Ya no me
importas lo suficiente.
creo que me voy a tatuar el comentario de hoy esta tan bien y ultimamente me esta pasando que el ya no me importas lo suficiente es lo que me gustaria que fuera lo mas rapido posible . Siempre tan aguda Lola¡¡¡¡¡. La anciana
ResponderEliminarY lo que te rondaré, morena. Está el patio del fiasco de lo más revolucionado.
EliminarCreo que se puede llegar al punto de la indiferencia total pero hay un trecho. Cuando la persona no vale la pena, el único sitio donde debe estar es en el olvido más absoluto.
Muy buena percepción y descripción! Sí señor.. Cada día lo haces mejor! Que identificada me siento a veces... Será que cierta sangre nos corre por las mismas venas?? Un olé para ti.. Cris prima
ResponderEliminarA todos nos han decepcionado alguien alguna vez.
EliminarTambién lo habremos hecho nosotros.
C’est la vie et elle n’est pas rose...