Rechino,
aprieto, muerdo, castañeteo, mastico. Por las noches, soy percusión. Un cajón
gitano en el que mis mandíbulas marcan el compás de mis sueños; de mis pesadillas
si hay mucho jaleo.
Mi
boca es de una calidad lamentable, aunque llevo una higiene bucal adecuada y
voy con mucha –incluso demasiada- regularidad al dentista. Me gusta que me hagan higienes
bucales y revisiones.
Pero a pesar de mis precauciones, doy trabajo en cada
visita. Diría que, salvo ponerme un implante – y es una simple cuestión de
tiempo-, he vivido en mis encías todas las experiencias odontológicas del
mercado. Desde empastes en cada molar y premolar, pasando por coronas, extracciones,
desvitalizaciones...
Es que mi problema no se reduce a un simple asunto de
caries, no. A mí lo que me pasa es que los empastes se me caen, se me parten
las muelas y se desprende un trozo, pierdo las coronas. Tengo la boca como un
solar y, para rematar la faena, soy bruxista. Así que, con nocturnidad y sin
alevosía, me fastidio mi propia dentadura mientras duermo.
Me
di cuenta de mi patología demasiado tarde, el daño ya estaba hecho. Tuve que
despedirme de la vitalidad de una muela tras padecer un lento y muy doloroso adiós. Literalmente, la machaqué hasta matarla. Y menos mal que sólo
sucumbió el nervio, pudo haber sido la pieza entera y quedarme mellada una
temporada. Todo quedó en una endodoncia. Total, por una más tampoco va a pasar
nada.
Pero
el bruxismo seguía ahí. Cada noche, apretaba tanto la mandíbula que soñaba que
se me partían los dientes. Ciertamente desagradable. Había que poner fin a esta
tortura dental. La solución, una férula de descarga. Es una funda rígida que se
coloca en los piños (he tenido el formato para mandíbula superior y ahora estoy
con la inferior). Su borde es grueso, se trata de que mantengas la boca
entreabierta para reducir la fuerza de la articulación temporomandibular. En resumen,
como si mordieras un palo, versión 2.0. Yo me siento un poco
Rocky Balboa cuando me la pongo.
El
comienzo de la relación con mi férula fue difícil; nunca amanecía con ella
puesta, se me olvidaba 2 de cada 3 noches, la perdía por casa. Con el paso del
tiempo, me acostumbré a su presencia. Empecé a notar que algo se me había
pasado por alto si no estaba. Pasé a buscarla cada noche y ahora es una
necesidad.
Es
muy importante dormir bien y mi sueño es muchísimo mejor cuando es ella la que
cobra en lugar de mis dientes. ¡No sin mi férula!
Cada noche entraba cuando dormíais a daros un beso y arroparos bien y oía un ruidito que me costo bastante identificar eras tu rechinando tus dientecitos yo todavía no sabía que existía eso que se llama bruxismo , también dormías con los ojos un poco abiertos , tendrá nombre eso?
ResponderEliminar¡Menudo panorama, Vieille!
EliminarEl tema de los dientes está solucionado, ¿me pongo celo en los párpados y dejo zanjado el otro asunto?
Aquí otra con un bruxismo asalvajado, en mi caso podría decir que la férula es casi màs importante para el descanso de mi novio que para el mío propio xD
ResponderEliminar¡Por un bruxismo a cara descubierta, Bica!
EliminarY aunque tus piños lo pasen peor que tu novio, bienvenida la férula que soluciona todos los problemas de un plumazo.