Suena a la acompasada respiración de un niño profundamente
dormido.
A nevera y a
lavaplatos.
A vecinos moviendo
sillas.
A las páginas de mi
libro al pasar.
Al repiqueteo de la
lluvia del norte en los cristales.
A teclas de
ordenador.
A la inconstante
vibración del teléfono sobre la mesa.
Al graznido de una
gaviota perdida.
A los programas de
televisión de toda la comunidad entremezclándose.
A alguien tocando
el piano.
Al PC encendido.
A un grifo mal
cerrado.
Al vuelo acechante
de un mosquito.
Al clic-clic del
ratón.
A retazos de
conversaciones por el patio, ahora que llega el calor y abrimos las ventanas.
A una guitarra.
A persianas que se
bajan bruscamente.
Lo mejor del
silencio es su sabor: a victoria, a día superado. Porque a pesar de todos sus
ruidos, en mi casa reina la paz.
Me ha entrado hasta sueño del gustirrinín...
ResponderEliminarEl silencio y la tranquilidad son un lujo hoy en día. Me encanta esta frase de ni pajolera idea quién.
ResponderEliminar"Cuando hables, procura que tus palabras sean mejor que el silencio." Verdad máxima.
Gran verdad a la que suelo hacer caso omiso. Soy más de comentar primero.
Eliminarque paz tan solo leyendote
ResponderEliminarPero dura tan poco…
Eliminarya te digo...qué paz he sentido en este momento al leer este post. Eso si, lo de la gaviota...pasa unos días en castro y de paz nada de nada!!! Martuja
ResponderEliminarLa paz está en nuestras mentes, querida Martuja, porque el día ya ha acabado. Y ninguna gaviota podrá arrebatártelo.
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