Confieso
que espío las compras ajenas. En la caja del supermercado, mis ojos se
transforman en otro lector de códigos de barras. Inconscientemente -y por pasar
el rato mientras llega mi turno- me quedo con todo lo que va pasando por la
cinta. Saco mis propias conclusiones y me imagino cómo es tu vida. Es bastante
entretenido, la verdad.
En
la cola, suelo hacer rápidas valoraciones sobre el escaso juicio demostrado al
adquirir algo que, en mi opinión, está asqueroso, limpia fatal, es carísimo,
tiene una pinta horrible… Y me quedo tan tranquila tras juzgar y condenar por
algo tan nimio.
He
descubierto que hay gente que sí come esa cosa extraña que puede ser fruta o
verdura y parece un cactus. “¿Se echará a
la ensalada? ¿Se lo comerá directamente? ¿Cómo averiguó cómo se comía?” Cuestiones
trascendentales para las que no encuentro respuesta.
A
veces, me siento súper avispada porque me he dado cuenta, sólo mirando el carro, que no sólo es padre sino que tiene, por lo menos, dos hijos porque
lleva leche Nidina 1 y Dodot 9-15kgs. Y es imposible que eso sea para el mismo
niño.
Hay
algunas compras que no dicen nada. Es la típica de la semana, sólo productos
básicos para llevar una casa en condiciones: yogures, detergente, pan rallado,
macarrones, filetes. Suelen durar un buen rato y aportan
escasa diversión y nula información. Un coñazo, francamente.
Tenemos
las de las familias numerosas. Tres carros a reventar donde todo es a lo
bestia, como de Macro. 40 litros de leche, 6 docenas de huevos, el paquete de 5
kgs de Cola Cao (tienen la casa llena de baticaos),
1.500 galletas María, 56 rollos de papel higiénico. Y lo peor es que esta
barbaridad sólo les dura 4 días. ¿Qué despensa tendrá esta gente?
Están
las compras súper light con sus envases rosas y morados, todo 0% o incluso 0,0%
y mucho pollo, fruta y verdura. Me gusta ver si estas personas tienen la misma
pinta sana y en forma o son sólo buenas intenciones y, de camino
a casa, pasan a por la churrería.
Tenemos
las de eres un gordito, con pizzas, galletas, bollos, helados. ¡Directamente al
michelín antes de pasar por caja! Aquí también miraré si estás a la altura de
las expectativas o nada de eso deja huella en el peso. Raro que estemos ante el
segundo caso.
Se
ven, a veces, compras tipo algo no va demasiado bien en tu vida: 1 paquete de
arroz, 2 botellas de whisky y 40 latas de comida para gatos. ¡Qué tristeza!
No
puede faltar la vieja que va al supermercado diariamente y compra una única
cosa cada vez. Normalmente, 50grs de jamón york; en estos casos, se da mucho la bolsita
de charcutería con el ticket grapado. Obviamente, dará conversación a la cajera
para que el proceso se prolongue de forma directamente proporcional al número
de personas que haya esperando para pagar.
Me
da un poco de cosa cuando en el carro se ve demasiada intimidad. Un champú anti-caída
y que al propietario se le vea todo el cartón. Desodorante para súper sudones.
Cosas con muchísima fibra para regular el tránsito intestinal –o hacer caca
porque no te sale-. Condones que siempre se caerán del carro. Esas cosillas…
Y
yo también me juzgo y me condeno cuando necesito palillos de oreja, cerveza,
kiwis, papel higiénico, pilas y chicles. “¡Menuda
compra rara me ha salido hoy! ¡Cualquiera que me vea! ¡Qué vergüenza!”.
Porque
la compra es el espejo del alma y toma formas de lo más curiosas.
Yo también lo hago y la verdad es que hay gente que parece que compra para una familia de seis países diferentes, pero hay una cosa que me fastidia mogollón y es que me miren fijamente mi compra es un contra sentido lo se pero.... Me joroba parece que les parece mucho y yo pienso es para una semana seré tonta
ResponderEliminarYo también me justifico ante mis compañeros de cola cuando compro raro, aunque sólo sea mentalmente.
EliminarMuy buena reflexión, yo también miro al resto, lo confieso, y me clasifico como gorditos, siempre nos caen patatas, chocolates, galletas, helados, más galletas, más patatas, junto con pañales y potitos, un poco desastre la verdad. J.
ResponderEliminarSi en el carro también hay fruta, verdura o pescado no puede considerarse compra de gordo, J. Son caprichillos dulces y salados.
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