El
catálogo de H&M Niños no tiene desperdicio. Es un desfile de chachos diminutos,
con sus camisetitas de tirantes, sus pequeñas gorras grandes y absurdas, sus melenas
de querubín engominadas y de punta. ¡Angelitos! ¡No hay derecho! Parece la
cantera de Jersey Shore.
Supongo
que el público objetivo de semejante despropósito serán los chonis con
descendencia, deseosos de vestir a sus criaturas a su terrible imagen y
semejanza. Echarán en falta las circonitas king
size para decorar sus minúsculos lóbulos –imprescindible pendientes en ambos- y unas calcomanías
en forma de tribal. Y ya los tenemos, clavaditos a papá.
Sinceramente
creo que, con tanta horterada, H&M está perdiendo una preciosa oportunidad
para vendernos prendas hoy y, sobre todo, para que volvamos mañana.
A
lo mejor, si fuera la madre de los hijos de Eminem
o 50 Cent, estallaría de júbilo al
entrar por la puerta. Aunque, pensándolo detenidamente, ni siquiera en ese caso
podría; mi posición de rapera consorte me obligaría a ir a tiendas con mucha clase
y terriblemente caras como D&G. Allí sí encontraría ropa como la de papá
pero en talla 2-3 años. Y ya que estamos de shopping,
póngame quilo y medio de cadena de oro y un colgantito de diamantes de 450 grs,
por favor.
También
podría darse el caso de que, tras mi paso por MYHYV, encontrara el amor verdadero.
Llevados por la pasión, engendraríamos una criatura fruto del romanticismo.
Pero los paseos por las discotecas, al igual que nuestra relación, se acabarían
y nos veríamos obligados a ataviar a nuestro retoño de hortera low cost. En esta terrible situación,
H&M nos estaría haciendo un enorme favor con tanta visera gigante,
camisetas escotadas o sudaderas sin mangas y animal print. Aunque dudo mucho que el mercado de tronista acabado con
descendencia sea tan amplio como para justificar los esfuerzos de una
multinacional sueca de la moda.
Pero,
en honor a la verdad, diré que los árboles no nos dejan ver el bosque. Soy gran
consumidora -y fan- de H&M; no sólo para mí, sino también para mi hijo.
Tiene 4 años y viste normal y corriente (en realidad, va siempre súper mono).
Definitivamente, es posible comprar ropa de niño. Hay que concentrarse, buscar
y entonces verás aparecer aquello que necesitabas: camisetas con mangas –corta o
larga-, camisas lisas o de rayas (verticales, claro), playeras, bermudas, una gorra
para la playa, un jersey. Está ahí, escondido entre todos esos looks
poligoneros.
¿Por
qué no centrarse en todas las posibilidades que tienen para vestir a tu hijo sin
ninguna clase de pretensión? Están tan guapos vestidos normales.
cristianorronaldismo.
ResponderEliminar¿Les depilarán las cejitas chiquititas?
Eliminarademas parecen mas listos y mas simpaticos, cuando van de niños
ResponderEliminar¡Y tanto que sí! Dan hasta penita disfrazados de adultos.
EliminarEse rollito con un toque macarril no mola nada para unos niños tan pequeños. Van como de perdona vidas o el clásico chulo piscinas.
ResponderEliminarEse aire de prepotencia es lo último que tiendría que transmitir un niño.
Me parece demasiado pretencioso, estudiado. Un niño no es nada de eso, es espontaneidad, ensuciarse y romper la ropa, son punteras desgastadas de frenar la bici y rodillas magulladas.
EliminarTu lo has dicho, están tan guapos vestidos normales... Flipo con las fotos de mini tronistas, que horror un niño sin mangas. J.
ResponderEliminar¿Qué será lo próximo, calcomanías tipo tatoo tribal en vez de Mickey?
EliminarPues lo siguiente es el chonismo para bebés. Que no valéis para trendhunters de Prénatal, hombre...
ResponderEliminarPues no anda muy lejos, Ani. La chachez acecha en la zona 0-1 mes y toma forma de chandalitos morados, jerséis pistacho o vaqueritos con miles de bolsillos y cremalleras. ¡Unas cucadas!
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